Friday Rocks!- Tres discos de hair metal que llegaron en el descuento
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Nuevo viernes, nuevo Friday Rocks! Hoy os traigo con tres grupos casi desconocidos, que tuvieron la mala pata de aterrizar cuando el hair metal estaba agonizando. Peor es que además de tardíos, no es que tuvieran la originalidad, ni la intención de romper moldes por bandera. Otro lógico motivo por el que tienes que ser muy freak para recordarlos. Eso sí, si te gusta el hair metal "maduro" de comienzos de los noventa te van a hacer esbozar una sonrisilla. O quizás decir, ¡Buah! Más de lo mismo. De cualquier modo ¡Allá van!
Formados en Tennessee en un tardío 1990, se cuenta que Roxy Blue fueron descubiertos por el cantante de Warrant, Jani Lane. Éste les ayudó a conseguir un contrato discográfico que firmaron nada menos que con Geffen. Es decir que empezaron a lo grande, contando para la producción de Want Some? con Mike Clink (Appetite for Destruction) y el apoyo en los coros del mismo Jani Lane, Tommy Funderburk y Jimmy Jamison.
Want Some? salía en 1992, y el mismo hecho de su lanzamiento ya se puede considerar una hazaña. Más aún, cuando desde su portada hacía un comprimido resumen de la esencia machirula y conservadora, disfrazada de cierta irreverencia, del hard rock ochentas. Un aspecto que refuerza el encarte interior, con la banda ofreciendo dinero a una stripper sobre una barra americana. Con estos antecedentes estéticos y musicales. Es obvio que el sonido de Roxy Blue tiene mucho parecido con el de Warrant. Especialmente en canciones como Too hot to handle o Times are changing. Pero también hay referencias a ese sonido "vaquero" de Bon Jovi y especialmente Poison, en Talk of the town, Luv on me y Nobody knows. Un compendio de por donde andaba musicalmente el hair metal a comienzos de los 90. Que en una agradecida pirueta sonora, también rendía claro tributo a los primeros Van Halen en Rob the cradle, Rock a bye baby y Love´s got a hold on me. Teniendo esta última también un aire Aerosmith en la interpretación vocal.
Ahora bien, aunque el tiempo haya dejado acertadamente desfasadísima su ética y estética. Hay que reconocer que apartando estos aspectos, Want Some? sigue siendo un disfrutable espécimen hard rockero de aquel tiempo.
A pesar de no ser precisamente un éxito de ventas, Roxy Blue comenzaron a grabar las maquetas para un segundo disco que acabó apareciendo de manera totalmente independiente en 2013. La banda no tendría continuidad oficial hasta 2019, cuando apareció su segundo álbum de la mano de Frontiers Records. Entre medias, su cantante Todd Poole haría carrera en el rock alternativo con la banda Saliva.
Trixter al contrario, no eran unos recién llegados. Comenzaron su andadura en 1983 en Nueva Jersey. En sus comienzos telonearían a Kix o Skid Row, y llegaron a grabar un disco en 1988 que nunca fue publicado. Incluyendo algunos temas de éste, debutarían discográficamente en 1990. Este disco homónimo les brindaría 15 minutos de fama, buena rotación de sus videos en la MTV, y el derecho a girar junto a peña como Dokken, Firehouse, Scorpions o Warrant.
Precisamente, y para que os hagáis una idea, el tono más melódico de sus canciones los emparentaba con algunas de las bandas mencionadas antes, hablo por ejemplo de Firehouse, Danger Danger, y especialmente Warrant. Lamentablemente, el rollo que llevaban, tanto musical como lírico, estaba bastante caducado en 1992. Por ejemplo, abren el disco con una animada e hímnica Road of a thousand dreams, en la que de manera ingenua o abiertamente política (yo no lo sé), abordan el "sueño americano" como posibilidad factible, dedicando versos a mendigos que pueden aprovechar las oportunidades de tan fantástico país y "salvarse". Ese tono melódico y guitarrero se consolida en adictivas tonadas como Waiting in that line, Damn Good, Nobody´s a hero, o Power of love. Tampoco faltaba el rollo "vaquero" en canciones como Runaway train o Wild is the heart. O el tono más pesado de canciones como Bloodrock y What it takes. Y por supuesto la obligada power ballad, que para rematar es en acústico. Y es que la alargada sombra de los éxitos de Mr. Big y Extreme, se olfatea de lejos en As the candle burns.
A Hear! sólo le hicieron un poco de caso en Japón, mientras que en la tierra de las oportunidades fueron relegados a la más estricta irrelevancia. Volverían a juntarse en 2008, lanzando dos nuevos trabajos bajo el auspicio de Frontiers, que fueron bien valorados por el menguante público rockero de estos tiempos. Pero de aquello ya han pasado diez años, y no parece que hayan consolidado un regreso demasiado exitoso.
Originarios de Los Angeles, y anteriormente conocidos como Byte The Bullet. Southgang son básicamente recordados por por tener a Butch Walker, futuro responsable de éxitos para bandas como Fall Out Boy, Bowling For Soup o Panic! At The Disco, entre sus filas. Southgang lanzarían dos discos en años consecutivos. Cualquiera de ellos valdría para el día de hoy, pero me voy a centrar en Tainted Angel de 1991, debut con el que aún pudieron rascar un pequeño éxito gracias su canción homónima.
En Tainted Angel el grupo hace una especie de recorrido sonoro por "lo mejor" de la época. Compuesto en su totalidad por la banda junto al insigne Desmond Child, y esporádicas colaboraciones de Steve Plunkett (Autograph) Erik Turner (Warrant) o Diane Warren. Su sonido planea principalmente por los campos trillados por Motley Crue en Dr. Feelgood. Algo especialmente palpable en Boys nite out, Tainted Angel o Big city woman. Pero también recuerdan a los Aerosmith de Pump en Love for sale y She´s danger city/Seven hills saloon. O a los Warrant de Cherry Pie en Love ain´t enough. Por poner tres ejemplos. No obstante, su buen gusto por las melodías y estribillos gancheros y las guitarras un poco sucias, como demuestran Georgia lights. Nos da pistas de como se las gastaran en el futuro como Marvelous 3.
En 1992 lanzaran Group Therapy, un segundo y último disco que sigue las pautas de Tainted Angel, y para el que ya no había sitio en la MTV ni en las radios. Así que no se comieron un colín. Pero eso sí, se hicieron una gira por China, algo nada habitual en la época, y que demuestra el poco mercado que tenían.
Para finalizar, y como siempre, les dejo unas bellas tonadas para que puedan poner banda sonora a su viernes, y puedan degustar como se merece, este "bocato di cardinale" musical.
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