La anécdota es la siguiente, en el verano de 2008 mientras los "expertos" nos decían que nada, que tranquilos, que siguiéramos comprando casas a precio de diamante y pidiendo créditos que ni crisis ni leches. Un viejo amigo músico y aficionado powermetalero de pro, me espetaba entre divertido y dañoso, que el AOR estaba muerto. Poco después estallaba la crisis financiera más gorda de la última centuria que se llevó por delante gran parte de nuestro futuro, y muchas vidas. Un año después, y tras la salida de Streets Of Fire. Michael Kiske, reverenciado icono del powermetal, declaraba en una entrevista que el disco era aún más AOR que su predecesor.
¿Quiero comparar ambas situaciones? ¿Pretendo demostrar que a veces el diletante tiene más razón que el experto o el artista? No, únicamente me apetecía meter una más, de las típicas pullitas políticas no tan soterradas en el blog. Eso, y saldar metafóricas cuentas con mi encuerado amigo, y los neolibs que nos dejaron en una ruina de la que difícilmente veremos recuperarnos del todo.
Ahora, lo importante. Streets Of Fire salía en 2009 como continuación de aquel estupendo Place Vendome. Proyecto auspiciado y concebido por el presidente de la discográfica Frontiers, Serafino Perugino. Y dirigido por el Pink Cream 69, Dennis Ward. Que además de componer, se encargaría de tocar el bajo y hacer coros. Completaban la formación Michael Kiske (Helloween), Kosta Zafiriou y Uwe Reitenauer (Pink Cream 69) y Gunther Werno (Vanden Plas).
Para este segundo trabajo repetiría la formación, pero la tarea de composición recaería principalmente sobre artistas escandinavos. Destacando las aportaciones de Robert Säll (Work Of Art), Torsti Spoof y Tuomas Heikkinen (Leverage), Magnus Karlsson (Primal Fear, Allen/Lande), Ronny Milianowicz (Raging Fate), Pekka Heino (Brother Firetribe), Andreas Johansson (Royal Hunt), o Joacim Cans (Hammerfall). Resumiendo, que Streets Of Fire podría definirse como señores alemanes tocando canciones de suecos.
Y esto no lo digo por mera anécdota, ni con ironía. Pues cualquiera que haya pegado una escucha a algún álbum del género en las últimas tres décadas. Sabe perfectamente, que casi abandonado por sus papis norteamericanos, han sido los vecinos del norte de Europa los que lo han mantenido vivo y dado lustre. Al menos, a ese hard-AOR/ hard rock melódico, que campaba por radios, televisiones y estadios hacia finales de los ochenta. Cierto que a veces con más o menos suerte. Unas veces intentando innovar, y otras sin mover una coma del guion original.
Esto es algo importante a la hora de comentar este álbum de Place Vendome, que es probablemente el mejor proyecto salido de la factoría Frontiers. Puesto que Streets Of Fire tiene la virtud (si queremos entenderla como tal) de sonar tremendamente tardoochentero. Algo que no debe ser tan fácil de conseguir, puesto que ni siquiera algunas de las luminarias de la época llegan a acercarse a su pesar, a tal grado de fidelidad hoy en día. Cierto que sigue una senda bastante continuista en relación a su anterior referencia, y que quizá las reconocibles y diferentes manos que componen las canciones, deja una ligera sensación de desconexión entre ellas. Es el caso de Believer, que no puede negar su ascendencia Brother Firetribe. O las canciones de Robert Säll (Follow me y Valerie (The truth is in your eyes)) que había compuesto originalmente para Work Of Art, y suenan indefectible a su banda. No obstante la magnífica voz de Kiske, los bombásticos teclados de Werno, y la límpida y moderna producción, agregan cohesión suficiente al conjunto.
Un conjunto con una línea calidad constante y en el que, para bien, es difícil distinguir una canción sobre otras. Lo que sí que puedo destacar, son mis favoritas, entre las que hay un poco de todo. Desde la contundencia de la homónima e inicial Streets of fire y el adictivo estribillo de Dancer, hasta la vertiginosa Believer. Pasando por una conmovedora Completely breathless. Y el puro AOR sin complejos de Changes, Surrender your soul, y el tremendo estribillo a coro de A scene in replay. Sin olvidarnos del refrescante toque a Toto que otorgan las canciones de Säll. O ese doble "homenaje" que hace la balada I´d die for you. Primero a Is this love en su comienzo, y después a Toto con su teclado y solo de guitarra, hacia la segunda parte de la canción.
En definitiva un disco tan bueno, o mejor que su debut.
La banda:
Michael Kiske- voz
Dennis Ward- bajo
Kosta Zafiriou- batería
Gunther Werno- teclado
Uwe Reitenauer- guitarra
Las canciones:
1- Streets of Fire
2- My Guardian Angel
3- Completely Breathless
4- Follow Me
5- Set Me Free
6- Believer
7- Valerie (The Truth Is in Your Eyes)
8- A Scene in Reply
9- Changes
10- Surrender Your Soul
11- Dancer
12- I'd Die for Your
El disco:
Año- 2009
Discográfica- Frontiers
Duración- 53:18 minutos

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