Scorpions- Savage Amusement



¡Por ahí iba tu amigo, el que le gustan los Scorpions! Decía despectivamente sobre mí, el colega de uno de mis amigos. Y es que en un mundo de adictos al black metal y derivados, un fanático del hard rock  y no digamos ya el AOR, no podía obtener más que burlas. Por cierto, aquel disco que llevaba bajo el sobaco ese día responde al nombre de Blackout (sobran las presentaciones ¿verdad?) y el desprecio mostrado hacia mis gustos rockeros sólo responde al orgullo de ignorante al que los de débiles de voluntad se rinden.

Porque hay que ser estulte y gregario para ver a los germanos sólo como un grupo blandito de baladas, que por cierto también las hacen y casi mejor que nadie. Scorpions siempre han conjugado de manera sobresaliente un sonido hard & heavy con momentos más melódicos y comerciales,  razón por la que a lo largo de casi cincuenta años de carrera han logrado el beneplácito de crítica y público, amén de un éxito y repercusión en la cultura popular poco habitual para un grupo no anglosajón.

Y una vez hecha esta innecesaria introducción, me meto en faena con el que probablemente sea el disco de orientación más comercial y radiable de la extensa discografía del grupo. Era 1987, Scorpions habían conquistado el mercado estadounidense con Love At First Sting en 1984, y Def Leppard y Bon Jovi marcaban el camino a seguir con Hysteria y Slippery When Wet. Así que los alemanes tomaron la decisión de componer un disco muy enfocado en el hard rock de masas sin tener que fiar todo su poder comercial a la balada de turno.

Así nació Savage Amusement, último disco con el hombre de confianza del grupo Dieter Dierks en la producción, y que iba a afianzar al grupo como fenómeno rockero a ambos lados del atlántico. Abriendo con un comienzo tan espectacular como descriptivo del momento de gloria del grupo en Don´t stop at the top, prácticamente una segunda parte de aquel Rock you like a hurricane que marcó un punto de inflexión en su historia, donde aciertan de pleno con un ritmo muy adictivo, unos reconocibles riffs guitarreros de lo más melódico y uno de esos estribillos hechos para levantar estadios. En Rhythm Of Love atacan con uno de esas típicas canciones suyas en las que acompasan contundencia con un tempo relajado, y una vez más de imperdible estribillo, con coros a cargo de nuestra metal queen Lee Aaron. El hard melódico funciona de manera plenipotenciaria en Passion rules the game, Every minute every day, donde demuestran lo bien conectados que estaban con el sonido americano, y en Media overkill, momento del disco donde incluso se permiten incluir una talk box al estilo Livin´on a prayer. Walking on the edge y Believe in love son los momentos románticos de turno, baladas que a pesar de no haber quedado entre sus más conocidas, son más que decentes ejemplos de como la maquinaria compositiva de los escorpiones nunca fallaba en estas lides. Por último We let it rock...you let it roll y Love on the run devuelven a los Scorpions más acelerados y jevorros.

Llegaron más alto que con Love At First Sting, pero vendieron menos. No pasa nada, dos años después volvían a su versión más potente en Crazy World, y gracias a las baladas Send Me An Angel y especialmente Winds Of Change, se incrustaban como una bala y para siempre en el imaginario musical mundial.

La banda:
Klaus Meine- voz y coros
Rudolf Schenker- guitarra y coros
Herman Rarebell- batería y coros
Matthias Jabs- guitarra y talk box
Francis Buchholz- bajo y coros
Lee Aaron- coros en Rhythm of love
Peter Baltes- coros

Las canciones:
1- Don't Stop at the Top
2- Rhythm of Love
3- Passion Rules the Game
4- Media Overkill
5- Walking on the Edge
6- We Let It Rock... You Let It Roll
7- Every Minute Every Day
8- Love on the Run
9- Believe in Love

El disco:
Año- 1988
Discográfica- EMI
Duración- 37:19 minutos






















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