Friday Rocks!- Tres discos de hard rock atípicos

Hoy les traigo dos bandas que fueron one hit wonders, y una que logró rascar algo de éxito en la vorágine del hard rock del cambio de década. Las tres eso sí, muy subestimadas en su momento, y casi olvidadas hoy en día. Y sobre todo, con formas de entender el hard rock, que las alejaban de la imperante moda del hair metal de la época.


Fundados en 1984, el hispanoparlantemente impronunciable (in inglish viene a querer decir enough is enough) grupo de Donnie VieChip Z'nuff, cambio su Chicago natal por las tórridas calles de Los Angeles. Allí junto al ex-Le Mans Derek Frigo, y el baterista Vikki Foxx grabaron este homónimo debut, que aparecería en 1989. 

Enuff Z´Nuff siempre han sido considerados un grupo especial por su sonido, que según los entendidos evoca el de los Beatles. A mí, que no soy especialmente experto en dicha banda, siempre me han parecido unos Cheap Trick bien traídos hacia el hard rock ochentas. Pero lo importante es que las canciones de este debut, a pachas entre el hard rock, el powerpop y cierta psicodelia, son muy buenas. Se ganaron un pequeño lugar en la posterioridad rockera, gracias a la balada Fly high Michelle y el sencillo New thing. Pero no menos estupendos son For now, Little indian angel o She wants more. Y no por casualidad, colaron dos canciones en series de moda como Sensación de vivir (Hot Little Summer Girl), y en otra mucho mejor como Doctor en Alaska (I Could Never Be Without You).

Por lo visto, parece que eran vistos por el público y el mundillo musical, como una hair metal band más. Algo que sentó un poco mal al grupo (que eso sí, se gastaba unas recargadas y andróginas pintas que no se las saltaba un galgo). Por lo que para su siguiente disco se cortaron un poquito en cuanto a la imagen. A medida que continuaban su discografía, las críticas, cada vez mejores, eran inversamente proporcionales a las ventas. Lo que los ha convertido en una subestimada banda de culto, que desde luego merece la pena escuchar.



Lo que diferenciaba a II Pornograffitti (y a Extreme) de otras producciones de su época eran principalmente dos cosas. La primera, ese rabioso y fresco sonido conjugando hard rock y funk. Y la segunda, su anhelo de ir más allá de las temáticas superficiales y banales, que se gastaban la mayoría de las bandas de su época. Ambas cosas ya nos las habían mostrado en su debut homónimo de 1989. Donde canciones como Kid ego (en la que se burlaban de la personalidad de David Lee Roth), Little girls, o Play with me, son estupendos ejemplos de la filosofía musical y metafísica de la banda.

El grupo, un conjunto de talentosos músicos, con el vocalista Gary Cherone, y el virtuoso guitarrista Nuno Bettencourt, a la cabeza. Tenía la suerte, además de ser bastante guapetes, de contar con una base rítmica conformada por Pat Badger (bajo) y Paul Geary (batería), que no se conformaba con estar a verlas venir. 

Sólo un año después de su debut, aparecería II Pornograffitti, con un subtítulo en la contraportada que decía A Funked Up Fairy Tale. Y es que el disco se trataba de una obra conceptual acerca de encontrar amor en la sociedad de su tiempo. Que desde su punto de vista, era decadente, y estaba abrasada por el deseo de dinero y sexo. Para que veáis que tiempos pasados no fueron necesariamente mejores, amigos.

El éxito masivo vino (como no, en aquellos tiempos) de la mano de una balada acústica, probablemente la mejor canción de este tipo que te puedas poner tumbado en la cama mientras añoras a un amorcito que no parece estar muy por la labor de quererte. Sin duda, More than words es la canción que les ganó un lugar de oro en la cultura pop. Hole hearted, menos conocida pero también exitosa, tomaba un camino acústico parecido en pos de repetir éxito (por lo visto en principio no apareció en algunas ediciones del álbum), pero tenía un tono mucho más animado y callejero. De cualquier modo, el registro musical de la banda era amplio. Algo que certifican Song for love, un tema que estaba más en la línea de lo que serían musicalmente los noventa, que de la típica power ballad de su tiempo (de hecho me recuerda poderosamente al sonido que adoptarían Harem Scarem (ritmo, coros...) a partir de Mood Swings). Y When I first kissed you, una canción rollo crooner que no por desentonar a tope dentro del disco, resulta menos espléndida.

Peeeero, un momeeento ¿Es que sólo había baladas en este disco? Pues no, ahí teníamos a Decadence dance y Get the funk out, las otras canciones estrella de Pornograffitti. Dos temas de rabioso, adictivo y bailongo hard rock con masivos efluvios funk, absolutamente pegadizas y con las que no podrás evitar mover las caderas. Como si los Red Hot Chilli Peppers de aquel momento se hubieran chocado de frente y después fusionado con los Motley Crue. Y también Suzi (Wants Her All Day What?) y Money (In God We Trust). Dos temas muy radiables y con muchísimo potencial comercial. Y por supuesto las muy potentes Pornograffitti y It (´s a monster).

Si me permiten el juego de palabras tonto, II Pornograffitti es mucho más que More than words. Así que dense el lujo de escucharlo.



Sólo con ver la portada de America´s Least Wanted, ya nos damos cuenta de que Ugly Kid Joe no iban necesariamente por el mismo camino que Poison o Dokken. El grupo, cuyo nombre es una parodia de Pretty Boy Floyd, uno de los grupos de glam metal más excesivos estéticamente de aquella época. Comenzó su camino haciendo versiones de Black Sabbath, y lanzó uno de los ep´s más exitosos de comienzos de los noventa, As Ugly As They Wanna Be. Ahí mostraban sus credenciales musicales, hard rock sin virtuosas pretensiones, cierto aura punk y alternativa, y mucho cachondeo (empezando por no tomarse demasiado en serio a sí mismos). Aspectos que colocaban el sonido del grupo en un brete generacional, sin encajar demasiado bien con la saliente hornada hair metal, ni con el intensito grunge.

De cualquier modo consiguieron un tremendo éxito con la archiconocida Everything about you, un soplo de hard rock fresco y ácido sentido del himor, cuyo video sería rotado hasta la saciedad en la MTV, y aparecería en la peli El Mundo de Wayne. Pero es que además la banda demostraba que tras su aspecto y actitud vacilona y cínica, había talento musical. Y prueba de ello son canciones como Neighbor, la pegadiza Panhandlin' Prince, o la "oscura" Goddamn Devil con Rob Halford como invitado especial. En ellas, combativas y aceleradas guitarras, se dan la mano con ritmos de lo más heavy y coros pegadizos. Mientras que en Busy bee, la versión del Cats in the cradle original de Harry Chapin, y Mr. recordman escuchamos la vertiente más sensible y baladística de la banda.

Y por hoy lo dejamos aquí, no sin antes desearles unos felices días de vacaciones, y por supuesto dejarles unos videos musicales para que puedan ponerles banda sonora.




























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