Uriah Heep- Equator

 


Cuando salió Equator en 1985, los Uriah Heep ya eran una banda con callo. Habían tocado casi todos los palos, hard rock, heavy, progresivo y como vimos por aquí, el rock melódico. A ello, habría que añadir un sinnúmero de cambios de formación. Y lo cierto, es que su popularidad no había dejado de menguar desde las glorias logradas en los primeros setenta. Con buen ojo, pero mala suerte habían ido intentando adaptarse a los tiempos. El comienzo de los ochenta no iba a ser fácil tampoco, y no sólo por el cambio del panorama musical. Para empezar, su compositor principal Ken Hensley, se largaría tras un decepcionante inicio de década con Conquest. Y poco después, una desbandada general dejaría al guitarrista Mick Box totalmente solo.

Por petición popular, Box retomaría la banda, reformándola por completo. Así, reclutó al ex-Rainbow Bob Daisley al bajo, a Peter Goalby (Trapeze) a la voz, al teclista John Sinclair, y consiguió que Lee Kerslake volviese al redil. Los años con esta formación fueron de cierto resurgimiento, y sobre todo estabilidad. Discos como el excelente Abominog (que algunos consideran netamente AOR, pero a mí no me lo parece tanto) el ya más comercial Head First (donde se marcan una estupenda versión del Lonely nights de Bryan Adams) y este Equator, supondrían una estupenda puesta al día de los británicos.

Por supuesto, Equator supone su esfuerzo más estrictamente AOR. Por supuesto es el disco más ignorado e infravalorado de la banda. Por supuesto, esta segunda subida al carro, era la única salida que podía permitirse la banda en aquel momento. Y desde luego, se trata de un disco que no tiene absolutamente nada que envidiar a otras producciones contemporáneas más populares. Ojito, porque los Heep se ponen on fire, colocando su sonido en la onda de grupos como MagnumForeigner, y tirando de orgullo patrio también me suenan como los Asfalto de la época. Teclados que bien podrían haber ambientado una sesión de entrenamiento por la helada Siberia, unos coros fastuosos que no fallan en ningún momento, un fantástico trabajo guitarrero de Box que brilla pero no empalaga, y una base rítmica (ya sin Daisley, pero con el viejo conocido Trevor Bolder) que sonaba directa y "de verdad".

Menudo máquina el Goalby, justo lo que necesitaba la banda en esas fechas, combinación de potencia y terciopelo. Menuda cara A, cinco canciones para enmarcar. Ese Rockarama con el hipnótico tecladito inicial, un Goalby que se pone el traje y hasta las botas de Lou Gramm, ese estribillo tontorrón y absolutamente imposible de no corear. Hasta tuvo vídeo, para que los aburridos jóvenes de entonces supiesen como se las gastaban, como debe ser, sí señor. Otra vez con pie y medio en aguas de Foreigner, comienza Bad blood, la inevitable ración de misoginia rockera, con un tremendo y gustosete guitarreo de Box, y unos teclados verbeneros que te animan a esprintar cuando ya no queda ni gota de fuerza (empíricamente comprobado por el menda) Si hasta incluye un sonidito de entrechocar de jarras de cerveza ¡Machotes del mundo estamos con vosotros! One love baja revoluciones y se mete en márgenes Magnum con una finísima e intensa balada de las que hubieses metido en un recopilata en los tiempos del insti. Angel también evoca a los grandiosos Magnum, con una canción donde Sinclair pone la sal y la gracia exactamente en los momentos adecuados. Holding on cierra la primera mitad del álbum con un comienzo pomposo y una esperable subidita, no vuelve a bajar el pie del acelerador, y menudos momentitos de gloria nos dan esos coros, justo lo que nos hace falta ¿Cuándo? Siempre.

Va, que empieza el lado B, seguro que ahora piensas que empiezan a aflojar. Pero al revés, el atractivo y desfasado sonido setentas de Party time, me pone, me recuerda a esos KISS early 80´s pero con los teclados desatados del british AOR de entonces. Poor little rich girl es el segundo medio tiempo de Equator, guitarras acústicas y unos arreglillos orquestales de lo más pomposillo, que le quedan de miedo al tema y anteceden a un subidón guitarrero bestial. Skool´s burning es otro colosal tema AOR de teclados multicolores. Lo mismo que Heartache city, grandilocuencia peliculera que da paso al cierre del disco, con el sonido más clásico de Night of the wolf.

No se comieron una rosca, ya saben como funciona la ortodoxia, en la música y en la paella. A los fans de siempre, les atufa tanta letra tontona. Les parece más serio y maduro, ya bien pasados los treinta, las canciones sobre magia y fantasía heroica. Tampoco los jóvenes les hicieron mucho caso ¡qué van a saber unos cuarentones de música actual! Poco tiempo después Goalby y Sinclair se marchan, y el grupo tiene que volver a rehacerse. No volvieron a dar en el clavo, pero nosotros no podemos hacer otra cosa que reivindicar la trilogía Abominog-Head First- Equator, tal como se merecen.

La banda:

Peter Goalby- voz

Mick Box- guitarra y coros

John Sinclair- teclado y coros

Trevor Bolder- bajo y coros

Lee Kerslake- batería

Tony Platt- sinclavier

Las canciones:

1- Rockarama 

2- Bad Blood 

3- Lost One Love 

4- Angel 

5- Holding On 

6- Party Time 

7- Poor Little Rich Girl 

8- Skools Burnin´ 

9- Heartache City 

10- Night Of The Wolf

El disco:

Año- 1985

Discográfica- Portrait

Duración- 47 minutos















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