Hace unas semanas sonaba en Radio Nacional un tema de Steely Dan, y Antonio Carmona lo etiquetaba como jazz rock. Vale que dicho encuadre pueda ser perfectamente válido, dada la sofisticación del sonido del grupo. Pero no entiendo esa renuencia que hay en España, a llamar AOR a lo que tampoco escapa del ámbito sonoro de la banda. Sobre todo cuando hace un poco más de tiempo, Julio Ródenas, sí que se atrevía a mentar el acrónimo, poniendo el mismo ejemplo, en plena tarde de Radio 3.
Cierto es, que si a algún neófito le explicas que AOR es este Gaucho de Steely Dan, y también un disco como el Last Of The Runaways de Giant. Es posible que no entienda nada. Quedando patente que longevidad y los difusos límites del subgénero, llevaron a que fuese mutando a lo largo de casi década y media, mucho más allá del habitual constreñimiento que habitualmente citan algunos críticos y aficionados.
Y es que el sonido de Steely Dan, grupo que a partir de 1974 se convirtió en propiedad exclusiva de sus dos fundadores, Donald Fagen y Walter Becker, es un paradigma de perfecto y elegante sonido sin sobresaltos, muy alejado de la posterior hard rockerización del AOR. Para conseguir tal grado de excelencia, prescindieron de un grupo como tal, y lo sustituyeron para las grabaciones por experimentados músicos de sesión. A dichos intérpretes, por cierto, les obligaban a repetir hasta la náusea las tomas, hasta que a ambos señores les parecía haber encontrado el grado de sublimación musical suficiente.
Gaucho sería el último disco de su primera época, y vendría precedido de varios problemas personales, como el fallecimiento de la representante del grupo y pareja de Becker. Y un accidente de coche que dejó al propio Becker bastante tocado de su espalda. Dos años durarían las exhaustivas grabaciones de un Lp, que tiene por bandera ese gusto por un exquisito sonido relajado, accesible y distinguido. Sin duda el término que mejor hace justicia a las canciones de Gaucho es "smooth". Y escuchando Babylon sisters, Time out of mind, Glamour profession, o la homónima Gaucho, constatamos que la obsesión de Fagen y Becker, además de bondades sonoras, puede ofrecernos temas de una quietud memorable.
Unas canciones en las que se exprimió a conciencia a ilustres como Rick Derringer, Mark Knopfler, Jeff Porcaro, Rick Marotta, Michael McDonald, Steve Khan, Tom Scott o Patti Austin.
Este temporal canto de cisne, abriría una serie de peripecias individuales de sus protagonistas, que resucitarían Steely Dan en los noventa.
La banda:
Donald Fagen - voz principal, coros, sintetizador, piano eléctrico y órgano
Walter Becker - bajo y guitarra
Randy Brecker- trompeta, flugelhorn
Wayne Andre- trombón
Tom Scott- saxofón alto, clarinete, saxofón tenor, lyricon, arreglos de vientos
David Sanborn, Ronnie Cuber, Michael Brecker, Dave Tofani- saxofón alto
Walter Kane, George Marge- clarinete
Rob Mounsey- piano, sintetizador, arreglos de vientos
Don Grolnick- piano eléctrico, clavinet
Bill Tobin, Pat Rebillot, Joe Sample- piano eléctrico
Hiram Bullock, Larry Carlton, Rick Derringer, Steve Khan, Mark Knopfler, Hugh McCracken- guitarra
Chuck Rainey, Anthony Jackson- bajo
Steve Gadd- batería, percusión
Rick Marotta, Jeff Porcaro, Bernard Purdie- batería
Errol "Crusher" Bennett, Victor Feldman, Ralph MacDonald, Nicholas Marrero- percusión
Michael McDonald, Patti Austin, Valerie Simpson, Frank Floyd, Diva Gray, Gordon Grody, Lani Groves, Lesley Miller, Zachary Sanders, Toni Wine- coros
Las canciones:
1- Babylon sisters
2- Hey nineteen
3- Glamour profession
4- Gaucho
5- Time out of mind
6- My rival
7- Third world man
El disco:
Año- 1980
Discográfica- MCA Records
Duración- 37:58 minutos
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