Puede que a los más jóvenes esto les sorprenda, pero a comienzos de este siglo, es decir hace nada, todo el tema de internet y el ciberespacio aún parecía algo de ciencia ficción. Un avance que sobrepasó todas la previsiones de los artefactos de culto pop más en boga de la época, como por ejemplo la recientemente resucitada Matrix, o sin ir muy lejos de casa, Tam Tam Go. Curiosamente si hubo otros ingenios culturales más precisos en lo que a predecir un futuro cercano se refiere. Probablemente El Día de Mañana y su trama sobre catástrofes naturales debidas al cambio climático mostrase un escenario más parecido al presente, a pesar de sus televisores de tubo y sus móviles estilo ladrillo. En otro orden de cosas es remarcable la intención didáctica de esta última peli, donde la situación obliga a los estadounidenses a convertirse en emigrantes refugiados en México, dotando al guión de una especie de justicia divina a la que quizá debieran echar un ojo los gobernantes del llamado primer mundo. Lo que le pasa al vecino hoy, mañana te puede pasar a ti. Dicho aspecto de moraleja popular (saluden a los vecinos en la escalera por lo que pueda pasar) contrastaba con el oscurantismo de la citada Matrix, que al contrario que el citado blockbuster climático, se convirtió por obra y gracia de sus fans en un pastiche pseudofilosófico apto sólo para supuestos iniciados.
Me dejo ya de rollos, porque lo que quiero contar es que al principio de los dosmil todo se parecía más a los noventa que a ese futuro que nos representaban en la saga de Marty McFly y el Delorean. De igual manera la música tampoco realizó una ruptura brutal con las dos décadas anteriores, más bien cayó en un eterno retorno del que probablemente no empezó a desperezarse hasta que culminó la década, sino incluso después. Por entonces Tony Harnell (TNT) y Mark Reale (Riot) unían fuerzas, en lo que bien podría haberse denominado un supergrupo cuando añadieron al Danger Danger Bruno Ravel, y al ex-Rainbow John O´Reilly, dando forma a Westworld. La banda se mantuvo activa apenas cinco años en los que grabaron tres discos de estudio y lanzaron un directo, casi nada vamos.
Cyberdreams fue su canto de cisne y seguramente su trabajo más logrado. Un disco que salió en 2002 pero que sonaba más al hard melódico pre-grunge que a cualquier intento de innovación estilística. Pecadillo que se le perdona rápidamente en cuanto comenzamos a escucharlo, porque vale, Cyberdreams no hace nada nuevo, pero lo hace muy, pero que muy bien. When I come home, A million miles, Misery loves company o Righteous ones son fantásticas canciones de hard rock adictivo y de entrada fácil, que se ven secundados por piezas de carácter más contundente como la inicial Cyberdreamer, How good it feels, I can´t run, o la más que correcta interpretación del Neon knights de Black Sabbath.
Westworld nos dejaban un excelente trabajo que ha sido olvidado y apenas reivindicado por la tropa aorera a pesar de su calidad exenta de artificios y la alineación titular que presenta. Muy recomendable.
La banda:
Tony Harnell- voz
Mark Reale- guitarra
Bruno Ravel- bajo
Josh Pincus- teclado
John O. Reilly- batería
Las canciones:
1- Cyberdreamer
2- When I Come Home
3- How Good It Feels
4- A Million Miles
5- What If
6- Look to See
7- Righteous One
8- Misery Loves Company
9- I Can't Run
10- Neon Knights
El disco:
Año- 2002
Discográfica- Z Records
Duración- 48:06 minutos
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