Shy- Unfinished Business

 

Shy habían pasado por la década de los noventa en un estado casi perenne de hibernación, que sólo se rompió para lanzar un más que interesante Welcome To The Madhouse para el que tuvieron que reemplazar la baja voluntaria de Tony Mills con el ex-Madam X Jon Wardi Ward. La decepcionante acogida de Misspent Youth unida al desembarco alternativo, mermaron las posibilidades de una banda que había lanzado dos colosales discos muy de su tiempo como Brave The Storm y Break Down The Walls.

De cualquier modo, y como ocurrió menos de una década antes con el hard rock, la sobreexplotación grunge había terminado por aburrir al público, que volvía a echar la vista atrás hacia los sonidos de una década, que de modo insólito y con una intensidad que no se había visto antes en la música popular, cayó en el bucle de la nostalgia y la infinita revisitación desde el primer segundo de su entierro oficial. Ya saben que después de una revolución aparece la reacción, aunque en ese momento más que de conservadurismo musical, bien podríamos hablar de la posmodernidad rockera.

Dicho estado, y supongo que las ganas de volver a juntarse, propició la vuelta al estudio de los británicos que volverían para darnos un sorpresón de la manera menos sorpresiva posible, recuperando su sonido más característico y añejo. Eso sí, el tiempo había pasado y había que actualizar la producción, para la que además ya no había tantos medios económicos como antes. No pasa nada, Unfinished Business dejaría claro que el grupo se encontraba en un momento increíble y que no tenían necesidad de hacer ningún experimento para sonar frescos y en forma. Un disco clásico hasta en su contenido número de canciones, en una época en la que los tracklist kilométricos y los añadidos en forma de sosas demos o temas no publicados previamente parecían ser la única arma de la industria frente a las descargas. Y es que, algo bueno tenía que tener el estar en el lado indie del negocio. 

Las diez composiciones a cargo de Steve Harris y Mills con una puntual aportación de Paddy Mckenna,redundan en el sonido característico de la banda, acentuando su vena Journey y dando un resultado bestial que se aprecia desde la inicial Skydiving y se consolida en Change of direction con sus mágicos riffs de teclado, los trepidantes guitarras de Breakaway, o el cadencioso ritmo de Communicate. Enormes piezas de rock melódico como Heaven tonight, Storyline, Can´t stop loving you o No other way, remachan un trabajo al que Mary-Anne, una power ballad que parece traída de los mejores años del género, y que suena tan maravillosa como anacrónica termina de poner un broche de oro.

Pero si la lista de canciones resultaba tan mesurada, no lo era tanto su minutaje, bajando sólo una de los cinco minutos, y rebasando ampliamente los siete dos de ellas. Casi una hora que sin embargo no se hace cansina gracias al buen hacer de Shy. Repetirían esquema en el siguiente y recomendable Sunset And Vine, para el que compondrían los temas más largos de su discografía. Poco después Tony Mills volvió a marcharse, esta vez para reemplazar a Tony Harnell en TNT. Al grupo aún le daría tiempo a firmar un fantástico último disco homónimo con el vocalista Lee Small (Lionheart, Signal Red, Surveillance...) un mes antes de que Harris falleciera en 2011.

La banda:

Tony Mills- voz

Steve Harris- guitarra

Roy Davis- bajo

Paddy Mckenna- teclado

Bob Richards- batería

Las canciones:

1- Skydiving 

2- Change Of Direction 

3- Breakaway 

4- Mary-Anne 

5- Communicate 

6- Heaven Tonight 

7- Whole Lotta Feelings 

8- Storyline 

9- Can't Stop Lovin' You 

10- No Other Way

El disco:

Año- 2002

Discográfica- Z Records

Duración- 58:16 minutos












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