El fin de un blog


Pues ahora sí que sí, hasta aquí hemos llegado amigos, se acaban los bises, se cierra el telón y se apagan las luces. Ha sido un viaje cojonudo, he recordado y recuperado muchos momentos musicales de mi vida. He comentado un montón de discos, y después de casi tres años en los que ha pasado casi de todo, hemos mantenido el tipo.
Tengo que decir adiós porque sino, siento que me hubiera quedado atrapado aquí para siempre comentando disco tras disco. Y la verdad es que ya no me apetece mucho.

Lejano queda aquel capítulo inicial que no pretendía dar una explicación, sino plantear una simple pregunta. Pregunta que espero que los cuatrocientos y pico discos que han mediado hasta aquí hayan conseguido poner más o menos en claro. Album oriented rock, adult oriented rock, album oriented radio, rock melódico, o sencillamente AOR ¿a quién le importa?

Quizá sí, a los escocidos críticos que no se pueden olvidar del género en sus pretenciosas peroratas sobre esos otros artistas de mayor calado intelectual a los que aman (y que con más frecuencia de lo que les gustaría se subieron al carro) Aquellos que lo categorizan como música épica sin alma, como horterada, o en alardes de obtusa mentalidad de mariconada. Pobres, están realmente jodidos porque necesitan ensimismarse y sentirse como élite alejada del (según ellos) cuestionable gusto popular. Aquellos que, si adoran escuchar un recopilatorio de Journey, tienen que categorizarlo como un "placer culpable". Pobrecillos ellos, que estando intelectualmente tan a años luz de la masa, no se quitan de encima la tradición judeocristiana del pecado.

Pero para ellos no se hizo este blog, sí para los abiertos de mente y orejas, sí para los eternos adolescentes, y para los ya maduros que aún mantienen algo de ingenuidad.  Aquí se termina esto pero el blog se queda, disfrútenlo tanto como yo he disfrutado haciéndolo. 

Fin





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