2010-2020


Cuando empecé este blog, mi idea era simplemente recuperar mis viejos discos y reseñar los que más me gustaban, los que me parecían grandes obras o rarezas dentro del género. No había intención de escuchar nuevas producciones ni por supuesto de comentarlas. Habida cuenta de que abandoné el AOR prácticamente entre 2009-2010 para dedicarme a otras músicas, no había discos de la pasados diez años que hubiese escuchado, ni me hubieran interesado.

No obstante, en la búsqueda constante de información, me pico el gusanillo de escuchar como andaba el género en estos tiempos, así que me hice con varios discos señalados por diversas webs como Aorland como significativos.


Tengo que decir que no me ha sorprendido mucho encontrarme básicamente con lo mismo de siempre. Tampoco que esperara una revolución total, ya que eso significaría estar nadando en otros estilos. Así que mi sensación es en general buena, pero entiendo que hay poca novedad en el frente. Seguramente esta opinión sea apresurada, pues reconozco que no he escuchado demasiados discos contemporáneos, pero hay algunos que sí han llamado mi atención. Mi percepción es que al igual que hace años, el AOR se mueve entre sus premisas clásicas, cuando no directamente revivalistas, y la adición de toques modernos. Y también que el epicentro de la producción actual se encuentra principalmente en Europa, sobre todo en los países nórdicos. Con unos Estados Unidos y Reino Unido menos propensos a que aparezcan nuevas bandas, aunque eso sí, algunas de las mejores siguen llegando de allí.


Entre estos nuevos grupos me gustaría destacar a los australianos White Widdow y su Serenade de 2011, hard rock/AOR pleno de teclados. También los británicos Vega, banda de Nick Workman de los noventeros Kick, con su Kiss Of Life de 2010, muy en la onda de las bandas de ese país que salieron a medidados de los 80. También los músicos clásicos tienen su porción de pastel, y ahí están Tokyo Motor Fist, formados por los incombustibles Ted Poley, Chuck Burgi, Greg Smith y Steve Brown, con su AOR pegadizo al que lastra una producción floja. Seven nos devolvieron al AOR de principios del siglo XXI con su Shattered de 2016. En el delicioso disco debut de Sapphire Eyes de 2012, escuchamos el mejor sonido escandinavo de mano de Thomas Bursell, Niclas Olsson, y un elenco de estrellas nórdicas entre las que se encuentran Mikael Erlandsson o Sven Larsson. 


La década también observó el regreso de los también suecos Roulette, que once años después de su debut, traían bajo el brazo un Now! de sobresaliente AOR ochentero. El revival del neón ochentas, tiene en los estadounidenses Magic Dance uno de sus alumnos más aventajados con su New Eyes de 2018, y su AOR de atmósfera ochentera. Italia también dará guerra gracias a Lionville, que con su fantástico debut homónimo de 2011 rememoraba a los grandes del género. 


Los escandinavos Cruzh nos dejaban en 2016 un disco donde las influencias Def Leppard se juntaban con el mejor AOR de aquellas tierras. También en la onda Leppard se movían Grand Design. Su primer disco, Time Elevation, es de 2009 pero quería incluirlo en este reportaje. Más magia aorera traen Creye, banda en la que canta Robin Jidhed hijo de Jim Jidhed, vocalista de los legendarios Alien. El grupo ya va por su segundo disco, aunque el que aquí destaco es su primer largo homónimo, un ejercicio de AOR que parece tráido de los mejores años del estilo. Y para finalizar, Care Of Night nos dejaban en 2015 un fantástico Connected, probablemente uno de los mejores discos de este siglo.


En España bandas como The Val o Indicco han recuperado la impronta dejada por los grupos aparecidos dos décadas atrás. Los primeros con Heading For The Surface y el reciente King Ocelot. Y los segubdos con Karmalion. En este tiempo bandas como La Fase, Eden Lost, o 91 Suite también han vuelto con nuevos trabajos discográficos.

En definitiva parece que hay movimiento en la escena, y hay que agradecerlo a los viejos rockeros y también a nuevos talentos que apuestan por un género que hoy en día apenas goza de popularidad.


















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