Hubo una época en la que el trío canadiense (de donde si no) Rush se lanzó a explorar unos caminos, que por decirlo de alguna manera eran más estándar que los que habitualmente recorrían. Desde sus comienzos en los setenta habían demostrado un virtuosismo y una complejidad sonora excepcional, que les había granjeado una enorme popularidad internacional. Pero ¡ay! Llegaron los ochenta y removieron todos los paradigmas musicales de la época, implantando otros que tras ser manoseados hasta la saciedad, serían devorados con la misma rapidez por los que llegaron en los noventa.
Pero esto no significa que Rush se hicieran una subida al carro al uso, simplemente podríamos decir que estaban explorando y experimentando con las nuevas tendencias. Ni se cardaron el pelo, ni dejaron atrás su mirada algo cínica del mundo, ni hicieron letras de fácil digestión que pudiesen ambientar las galopadas de un boxeador italoamericano. Pero si que metieron teclados y sonidos electrónicos a mansalva, convirtieron su música en algo más accesible, buscando un cierto punto más comercial. Y lograron un sonido más contemporáneo a caballo entre el rock progresivo, el synth pop, y el AOR. Vamos que con el boxeador no colaba, pero para una historia de frikazos en un club de informática quedaba niquelado. Y ahora que lo pienso, bien pudiera haber ocurrido que este Power Windows fuese disco de cabecera en los primeros tiempos de la revista Micromanía, por poner un ejemplo.
Evolución natural del Grace Under Pressure lanzado un año antes. Power Windows no escatima en las estructuras más complejas propias del rock progresivo, ni en cambios de ritmo, ni deja de tratar temáticas más "profundas" que las del rock tradicional. Pero sí se empeña en pegar más directo e ir más al grano, si queremos decirlo así. Además los teclados copan gran parte del sonido del álbum, y suenan a gloria en canciones de adictivo gancho melódico como Big Money, Grand Designs, Marathon o Emotion detector.
Si sus seguidores de siempre lo consideran un disco menor, los advenedizos poco tenemos que objetar. Salvo que, teniendo claro que no es la época más representativa del grupo, es un disco que a los amantes del AOR menos "ortodoxo" seguramente va a gustar.
La banda:
Geddy Lee- voz, bajo y teclados
Alex Lifeson- guitarras
Neil Peart- batería y percusión
Andy Richards- teclado y sintetizador
Jim Burgess- sintetizador
Las canciones:
1- The Big Money
2- Grand Designs
3- Manhattan Project
4- Marathon
5- Territories
6- Middletown Dreams
7- Emotion Detector
8- Mystic Rhythms
El disco:
Año- 1985
Discográfica- Anthem
Duración- 44:30 minutos
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