KISS- Paul Stanley

 


A finales de los setenta KISS eran una máquina perfectamente engrasada de hacer dinero, en ciernes estaban por estrenar una película y un cómic, pero no todo era de color de rosa dentro de la banda. Mientras Paul Stanley y Genne Simmons querían sacar el máximo jugo económico al invento, Ace Frehley y Peter Criss querían vivir la vida rockera a tope. Aunque no sólo existía este problema, también había diferencias artísticas que poco después se tornarían irreconciliables.

Por esto, ante la intención de Frehley de abandonar el grupo, el representante de KISS, Bill Aucoin, anima a los cuatro a tomarse un respiro de los demás y grabar cada uno un disco en solitario, pero eso sí, siempre bajo el nombre de la banda. No hace falta decir que el señor se frotaba las manos pensando en los billetes, a cada cual más gordo, que le iban a llover con esta peripecia.

El resto es historia, ni los discos vendieron lo previsto, condenando a la discográfica Casablanca a un estado de pre-bancarrota, ni sirvió para apaciguar los ánimos dentro de KISS. Al menos eso sí, nos quedaron cuatro trabajos cuanto menos llamativos. Habitualmente los mejores considerados son los de Ace (muy orientado al hard rock guitarrero, y que además vendió mejor que ninguno) y el de Paul (que fue el único que presentó canciones totalmente originales) Mientras que Peter Criss quedó en un discreto tercer puesto, básicamente porque la simpática (para el que no se gastara los cuartos) bizarrada que se marcó Simmons, acompañándose de imitadores de McCartney y Lennon, y haciendo versiones de Disney, quedó como el peor de los cuatro álbumes.

Pero apreciaciones artísticas y personales aparte, traigo aquí el disco que hizo Paul Stanley porque resulta llamativo por diferentes motivos. No sólo porque el cantante se encargase de componer la practica totalidad de las canciones con algún aporte de Mikel Japp, se animase a producirlo junto a Jeff Glixmann, o que contase para su interpretación con los futuros Balance, Bob Kulick, Peppy Castro y Doug Katsaros. Lo que más llama la atención es que probablemente sea el disco que más suena a KISS de los cuatro, o que suena a lo que en adelante sonaría KISS. Y esto es un punto importante porque la baza AOR aquí se juega fuerte, y Stanley tenía claro por donde tenían que ir los tiros.Su disco suena fresco, divertido, accesible, rockero y melódico. Un compendio, en el que las tonadas marca de la casa como Move on o Tonight you belong to me, que persiguen la inmediatez fiestera para poner patas arriba un concierto, se entremezclan con canciones de fresco AOR con gotas de powerpop como Wouldn´t you like me to know, It´s alright o Love in chains y baladas que cubren el aspecto más rockero del género en Take me away (together as one) y el más pop en Hold me touch me (think of me when we´re apart)

En definitiva un gran disco de Stanley y una aventura que más temprano de lo esperado condenaría a la banda a la separación de dos de sus miembros más icónicos.

La banda:

Paul Stanley- voz, coros y guitarra

Bob Kulick, Steve Lacey- guitarra

Richie Fontana, Craig Krampf, Carmine Appice- batería

Steve Buslowe, Eric Nelson- bajo

Doug Katsaros- piano y coros

Peppy Castro- coros

Las canciones:

1- Tonight You Belong To Me

2- Move On

3- Ain't Quite Right

4- Wouldn't You Like Me to Know

5- Take Me Away (Together As One)

6- It's Alright

7- Hold Me, Touch Me (Think Of Me When We're Apart)

8- Love In Chains

9- Goodbye

El disco:

Año- 1978

Discográfica- Casablanca

Duración- 35:21 minutos















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