A contracorriente de las, por entonces, tendencias rockeras más populares en España, Sangre Azul se lanzaron a saco con una apuesta a priori arriesgada y que contra pronóstico les concedió un éxito importante. Metidos hasta el cogote en el hard rock melódico al estilo de lo que estaban haciendo los superventas Europe o Bon Jovi en aquel momento, pero cantado en español.
Y quizás esta característica fue la que marcó diferencias con otras bandas, que arriesgaron con la lengua de Shakespeare en un momento en el que el inglés sonaba muchísimo más exótico, y en general peor pronunciado que ahora. Fundados en la localidad madrileña de Pinto, llegaron a grabar tres álbums (cuatro si contamos el que compartieron con los grupos Esfinge y Furia Animal, como premio por ganar el concurso Villa de Madrid. Más un Ep homónimo en 1985) y a girar con El Silencio De La Noche, por Europa, Mexico y Estados Unidos.
Meritorios logros en un momento en el que el rock español estaba capitalizado por el rock urbano, el punk, el heavy y La Movida madrileña, y en el que se despreciaba (y aún sigue ocurriendo) el rollo más melódico y accesible del género. Lo único cierto es que Sangre Azul eran tan rockeros como cualquiera de esos grupos tan venerados y mitificados, y seguro que igual o mejores músicos que ellos.
El Silencio De La Noche presume de producción y de tener algunas de las mejores canciones de Sangre Azul. Aquí el grupo estaba engrasado como nunca y sonaban como una máquina perfecta de hard melódico, siendo las comparaciones con grupos foráneos más pertinentes y certeras que nunca. El himno absoluto que es Abre fuego, con esos mastodónticos teclados iniciales, su perfecto estribillo para corear a pleno pulmón, y uno de los ritmos y riffs de guitarra más pegadizos del rock estatal, es la mejor apertura posible para un disco de estas características. Apuntalan la vertiente "nórdica" del grupo los teclados prestando la atmósfera, y los riffs contundentes construyendo los cimientos, para que Tony se vuelva a lucir, estribillo pegajoso por medio, en Cien años de amor. Dos potentísimas baladas como No puedo estar si tí y El silencio de la noche, están en la mejor línea del hard rock que se hacía por tierras yankis. Recuperamos el espíritu hímnico y de marcada orientación de estadio con A golpes de rock y No mires atrás, y el mejor hard melódico con Reino sin ley, Piel de serpiente y Tal como soy, con un rollo muy americano.
Después de El Silencio De La Noche, Sangre Azul abandonan en 1992, probablemente porque las discográficas ya estaban a otras cosas, habidos los consabidos cambios en las modas musicales que empiezan a inundar el mercado en aquellos años. No obstante nos dejaron una de las discografías más sólidas e interesantes del panorama patrio, evolucionando y mejorando con cada uno de sus discos. Desde luego, El Silencio De La Noche merece estar en un pedestal, ya no entre los mejores discos patrios del género, sino del rock español.
La banda:
Tony- voz
Carlos Raya- guitarra y coros
Juanjo Melero- guitarra y coros
Julio Diaz- bajo y coros
Luis Santurde- batería y coros
Las canciones:
1- Abre Fuego
2- Cien Años de Amor
3- No Puedo Estar Sin Ti
4- A Golpes De Rock
5- Sólo Rock and Roll
6- No Mires Atrás
7- Piel de Serpiente
8- El Silencio de La Noche
9- Reino Sin Ley
10- Tal Como Soy
El disco:
Año- 1989
Discográfica- Hispavox
Duración- 43:37 minutos
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