El ninonino, los one hit wonder, la risa, la horterada, el cachondeo, el desprecio más absoluto hacia una banda y hacia una canción que para ser realistas y fastidie a quien fastidie, ya sean "corpulentos y testosterónicos heavys de todo género y condición, o alternativos de rasta y pasta, es una de las canciones que no sólo marcan una época, quizá hortera no vamos a negarlo, sino que además la trasciende, quedando intimamente ligada a la historia de la cultura popular y también a la de muchas personas.
No es ningún secreto, Out Of This World era más AOR, y para muchos mejor disco, sí. También Wings Of Tomorrow era más hard rock, y para muchos purísisisimos el camino que nunca debió dejar la banda, sí. Pero aquí está The Final Countdown, todo lo comercial y todo lo ochentero hortera que ustedes quieran, pero con una colección de canciones por las que hubiese matado cualquier grupo de aquella época.
Es curioso que haya que defender con tanta intensidad un disco que vendió lo que no está escrito, y a unas canciones que se escucharon (y se escuchan) y se disfrutaron como pocas. Siempre es interesante y hasta divertido renegar, pues creo que es clave cuando una persona avanza y cambia de gustos. Como dirían en una famosa entrevista, piensas "que hice aquí y lo que pude hacer alli". Es simple y bueno, replantearse las cosas.
Pero lo que existe aquí, es odio hacia lo exitoso sin más. Que sí, que a mí me encantan grupos que apenas salieron de su garaje y que creo que debieron correr mejor suerte porque eran buenísimos y tal. Pero la historia de "son unos vendidos" y por eso "que asco de música" cada vez me cuesta más aceptarla.
Pero bueno, hablemos de las canciones de The Final Countdown, que llegaron a nuestros oídos una primavera de 1986 de la mano de Epic records y tras ser grabadas y mezcladas en cuatro estudios diferentes.
Poco puedo escribir de los cuatro sencillos que se lanzaron que no sepan ya. La intro absolutamente mítica de teclado y el ritmo galopante junto al explosivo estribillo en The final countdown, definirían las reglas del single rockero de mitad de década para adelante; la festividad que desprenden los riffs guitarreros y los coros de Rock the night; la adictividad de Cherokee, casi una fusión de las dos canciones anteriores; y el sentimentalismo de Carrie, power ballad por excelencia y referencia total en esto del heavy romántico. Son un póker de éxito melódico construido a base de teclado, guitarra y la siempre poderosa voz de Joey Tempest.
No acaban aquí sin embargo las virtudes de un álbum en el que la banda no olvida sus influencias del hard rock clásico en Danger on the track, Ninja (no podía faltar una referencia al héroe mitológico por excelencia de los 80) y por supuesto en Love chaser donde escuchamos absolutamente desatado a John Norum.
Menos citadas, pero no peores, son Time has come, un buenísimo medio tiempo con un buen balance de potencia y melodía; y Heart of stone y On the loose, que se decantan por un AOR hipervitaminado y megatónico.
Resultado final: unos músicos que se vuelven millonarios, un guitarrista que se marcha por diferencias musicales tras el pelotazo (decíamos de la pureza) una banda estigmatizada de manera injusta, canciones que aún se escuchan hoy (y da mucho gustito hacerlo) y un disco completísimo que parece de grandes éxitos. Háganse un favor, pasen de críticas malintencionadas, echen a un lado prejuicios y disfrútenlo, nos quedan pocas cosas por las que hacerlo, y The Final Countdown es una de ellas.
La banda:
Mic Michaeli- teclado
John Leven- bajo
Joey Tempest- voz
John Norum- guitarra
Ian Haugland- batería
Las canciones:
1- The Final Countdown
2- Rock the Night
3- Carrie
4- Danger on the Track
5- Ninja
6- Cherokee
7- Time has Come
8- Heart of Stone
9- On the Loose
10- Love Chaser
El disco:
Año- 1986
Discográfica- Epic Records
Duración- 40:12 minutos
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