Hace un tiempo leí en una crítica que hacía un fan de Triumph a The Sport Of Kings, el comentario acerca de que a día de hoy le daba vergüenza escuchar este disco en el coche con las ventanillas bajadas. A pesar de que le encantaba allá por los ochenta, cuando estaba en el instituto.
Acababa diciendo que es normal que cambien los gustos musicales, y en esto último estoy totalmente de acuerdo, de hecho yo no he parado de explorar y disfrutar diferentes géneros musicales.
La cuestión es que la idea de que la música de una época puede causar sonrojo en otra, y que letras con las que nos identificábamos en otros tiempos, hoy nos parezcan absurdas, me parece bien.
Aunque tengo la creencia de que al pasar el tiempo vuelven a ser reivindicados flagrantemente artistas y géneros denostados en un momento particular por "pasados" y "rancios".
Por poner un ejemplo cercano, fíjense en los "indies" patrios, que en los noventa rechazaban la canción política y actualmente recobran con justicia a Violeta Parra. Esos que reivindican a Raphael y a Julio Iglesias son harina de otro (y peor) costal.
Y no digamos ya el flamenco, que de pasar de ser lo más carca y atrasado, ha llegado a ser de lo más intelectual. En fin, modas y esnobismos aparte, porque en una época quisimos ser pijos y en otra anhelamos el desclasamiento, y para eso usamos toda la artillería cultural que nos venga bien a mano.
A mí no me miren, que lo de ser pijo era un insulto en mi familia y grupo de amigos. Y para mí aún lo sigue siendo. Que cada uno sea consciente de donde viene, que a donde vamos no lo sabemos.
Porque no hay que hacer un sesudo análisis, para darse cuenta de que el sambenito con el que carga el AOR o rock melódico de ser muy pueril está plenamente justificado. Pero si paramos mientes en ese tema, los Led Zeppelin haciendo canciones de fantasía medieval, el objetivismo plasmado en las canciones de Rush (con los que se comparó a Triumph en sus inicios por cierto) las odas a religiones paganas de los grupos black metal, e incluso el hecho que un montón de rockeros milmillonarios organicen un concierto para recaudar fondos contra el hambre, suena a priori bastante trivial.
Pero disgresiones aparte, hoy toca hablar de The Sports Of Kings, el disco AOR de Triumph por excelencia, y que por cierto abriría pista hacia la disolución de la banda. Dicen que fue su guitarrista Rik Emmett, el responsable de este giro musical hacia terrenos más comerciales y melódicos, bien por convicción artística o por aumentar sus ventas, quién sabe.
Y es que The Sport Of Kings es un gran disco AOR. El hecho de que participen en el álbum hasta cuatro teclistas, y ese inicio de sintetizador en Tears in the rain, dan buena fe de hasta donde se implicaron para que sonase inequivocamente a ello.
Por penúltima vez se repartieron las labores vocales el batería Gil Moore y Rik Emmett, haciéndose cargo de varias canciones cada uno, aunque en algunas como Hooked up hacen dúo vocal.
Entre sus temas destacan la mencionada Tears in the rain, la pegadiza Somebody´s out there que encajaría perfectamente en la banda sonora de alguna serie o película yanqui de la época, y donde se atreven a endosar un verso que dice -"we are victims of circunstances"- Mandando al carajo toda esa pseudofilosofía objetivista de que cada uno es único responsable de lo que le pasa en la vida.
En Take a stand y Just one night (escrita por Neal Schon y Eric Martin) recogen influencias de los Journey de Frontiers. En el medio tiempo If only, Emett se luce con su tremenda voz, y desboca su guitarra en Play with the fire.
Un tema más hard-AOR y que recuerda a Scorpions en ritmo, es What rules my heart.
Por último la bostoniana Don´t love anybody but me da un aire fresquito para enfilar el final del álbum con otro tema lento, In the middle of the night.
En definitiva The Sport Of Kings es un disco AOR de primera categoría, de los que son fáciles de recomendar y tienes que escuchar sí o sí.
La banda
Gil Moore- batería y voz
Mike Levine- bajo y teclado
Rik Emmett- guitarra y voz
Lou Poumanti- teclado y sintetizador
Mike Boddicker- teclado y sintetizador
Scott Humphrey- teclado y sintetizador
david Blamires, John Rutledge, Neil Donell- coros
Las canciones:
1- Tears In The Rain
2- Somebody's Out There
3- What Rules My Heart
4- If Only
5- Hooked On You
6- Take A Stand
7- Just One Night
8- Embrujo
9- Play With The Fire
10- Don't Love Anybody Else But Me
11- In The Middle Of The Night
El disco:
Año- 1986
Discográfica- MCA
Duración- 42:41 minutos
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